Popular Posts

Sunday, September 28, 2014

...New York, New York



Debo decir que cuando planeamos el viaje a New York estaba llena de expectativas. Las películas, las revistas, la TV, la gente siempre habla de NY como una ciudad maravillosa, un poco ruda, pero maravillosa. Todo lo que me contaban me hacía esperar el momento de llegar con ansias, pero para tristeza mía, resulto ser una gran decepción.

Muchos de ustedes estarán muy en desacuerdo conmigo, los entiendo pero por más que lo deseara no puedo cambiar mi desazón. Creo que paso lo típico, cuando te hablan de algo increíble y lo describen con pasión, pero que cuando pruebas no encuentras ni la mitad de lo que estabas esperando. Tenía grandes expectativas, tal vez esperaba demasiado o tal vez NY no es tan grandiosa como la pintan.
No voy a quitarle méritos a la ciudad, hubo varias cosas que me gustaron. Primero que todo Brooklyn tiene uno de mis grandes amores, mi mejor amigo. Fue increíble verlo en su elemento, como no lo veía desde que estudiábamos en la universidad, resulta que ahora es todo un adulto. Ame pasar tiempo con él y poder compartir ese tiempo con mi novio, mis dos amores reunidos igual pura felicidad.

Realmente Brooklyn fue uno de mis lugares favoritos, el ambiente artístico, la variedad de opciones, la arquitectura, la vista hacia Manhattan, Dumbo, el Puente de Brooklyn; impresionante. Hay tanta gente tan distinta, de orígenes tan diversos que creo que hallar un neoyorkino de nacimiento es prácticamente imposible. 

Central Park, El Met y High Line fueron mis grandes favoritos, en medio de las calles pobladas, los grandes edificios y la gente no tan amable fueron mis grandes salvavidas. Fueron un gran respiro en medio de esa ciudad que absorbe. Tanto en Central Park como en el Met es fácil perderse, realmente es casi una obligación hacerlo, no hay forma de vivir esa experiencia de una mejor manera. (Un tip: suban a la terraza del Met)

Imperdible, caminar por Soho y ver las tiendas y todos los lugares hermosos que tiene para nosotros. Imposible, no participar de la moda callejera y dejarse impresionar por la cantidad de personajes e historias que los sorprenderán.

No me mal interpreten, no odio NY, volvería seguro. Como muchas ciudades es una gran fuente de inspiración, está llena de cosas nuevas y muy particulares, pero creo que nunca lograre sentirme en casa allá. ¿Alguna vez han tenido esa sensación en un lugar desconocido? Es un sentimiento que embarga en algún momento preciso en alguna ciudad totalmente nueva. Un sentimiento que recorre todo el cuerpo y te dice que perteneces, que podrías hacer tu vida allá… 

Wednesday, September 10, 2014

...de un viajero para otro viajero

Hace poco unas amigas me estuvieron pidiendo consejos de viajera, querían saber mi experiencia con las maletas y todos los otros preparativos que conlleva un viaje aventurero. En muchos sentidos unas vacaciones en hotel son diferentes a un viaje, tú pagas el hotel por anticipado y no tienes que preocuparte por la comida, ni la dormida, ni el equipaje, ni siquiera por el viaje del aeropuerto al hotel. Puedes llevar todas las maletas que quieras porque en definitiva no tendrás que cargarlas más de 5 minutos y en cuanto llegues al hotel habrá alguien dispuesto para llevarlas a tu habitación.

En un viaje nadie carga las maletas por ti, es un poco como la vida, tendrás que cargar en tu espalda las decisiones que tomaste antes de salir. Cada cosa que lleves que no tenga un oficio especifico te pesara todo el camino y estará ahí para recordarte que te equivocaste. Suena un poco radical, pero cuando tu cuerpo llega a su límite medio kilo pesa más que la conciencia más negra.

¿Porque viajo yo? Me han preguntado mucho sobre esto. ¿Porque viajar bajo las condiciones que viajo? Debo explicarlo, porque así como está escrito suena al viaje más mochilero del mundo, y tampoco es así. Yo no soy de ese tipo de personas que echa dedo, que duerme en carpa y no le importa dejar de bañarse varios días, creo que nunca podría sobrevivir a un viaje así; exijo por lo menos unos pocos lujos, y el baño no es algo que estoy dispuesta a dejar de lado. Lo que hago simplemente es un poco distinto a la forma que me educaron y a los privilegios que mi mama y mi papa me dieron cuando era niña. Puedo decir que es una pequeña rebelión en contra de mi estilo de vida cómodo. Cuando viajo me empujo a mí misma y me pruebo una y otra vez. Pruebo mis límites y mi resistencia, me pierdo y me encuentro constantemente y siempre descubro que soy más fuerte y más capaz de lo que jamás había pensado. Viajo en bus por horas, como más modestamente, camino sin descanso en los lugares más insólitos y tengo las aventuras más emocionantes, los mejores recuerdos. Es prácticamente imposible recordar un viaje sin sonreír o recordar esa vez que... hicimos un amigo de prisión...

Últimamente he dejado de viajar sola, ahora tengo un compañero de viaje tan incansable y tan dispuesto como yo, sin embargo los viajes no han dejado de ser para nutrir mi espíritu. Tengo la creencia muy arraigada que no viajar marchita el alma, lo convierte a uno en un ser que se conforma. Se conforma con el estilo de vida que el mundo diseño para él, con las presiones sociales que trae cada edad, con la vida que le toco y el trabajo que lo consume de lunes a viernes. Cuando viajo abro mi mente a nuevas experiencias, nuevas formas de ver la vida y voy descubriendo poco a poco lo que  espero de mi como persona y el camino que quiero seguir. Voy eligiendo un camino, inentendible para mi mama, sin presiones, sin deudas, sin ataduras. Soy un ser libre, libre para entender el mundo como yo quiera, sin limitaciones, libre para descubrir una cosa tras otra y darle un sentido único. Al final del día creo que la mayoría de gente cree que estoy loca, pero que más da, realmente soy feliz viviendo así. 

Tengo mil millones de experiencias, mil millones de fotos mentales y recuerdos emocionales. Cuando recuerdo una ciudad la recuerdo con el corazón, recuerdo lo que sentí en el momento que caminaba por sus calles, lo que era sentarme en una esquina y ver como el mundo pasaba frente a mis ojos y no me incluía; recuerdo la belleza y la fealdad. Mis recuerdos más vivos son los olores y los colores. De todo eso se nutre mi espíritu y mi creatividad. Si me ponen a enunciar mi ciudad favorita es prácticamente imposible, puedo añadir a la lista hasta 5 ciudades o crear listas paralelas. París, San Francisco, Budapest, Barcelona, Montevideo, St. Augustine.... la lista sigue cada una de las ciudades se robó una parte de mi corazón, en cada una de esas ciudades descubrí partes de mi hasta antes desconocidas. ¿Cómo no amarlas a todas?

Un consejo en particular, descubran cada ciudad con su corazón, abran su alma a las nuevas experiencias sin ponerlas en una categoría y aprenderán a vivir con libertad. Viajen o vacacionen o mochileen como más les guste.