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Friday, April 24, 2015

... US Tour





Un viaje excitante lleno de aventuras, cansancio, viejos y nuevos amigos y sobretodo mucha 
diversión.

Después de mucho planear y anticipar el momento, de los nervios de la visa y toda la organización previa que un evento como este implica, finalmente el dia llego. No teníamos itinerario, pero sabíamos exactamente lo que queríamos y teníamos el ojo puesto en nuestro destino final. El gran US tour iniciaba en Miami, seguía en St Augustine, Washington y finalmente la gran manzana New York New York. Teníamos 25 días para hacerlo y la idea era pasar tiempo de calidad en cada una de nuestras paradas, aunque para ser sinceros el tiempo nunca es suficiente.

Para empezar debo decirles que no fue un viaje fácil, a decir verdad ha sido uno de los viajes más difíciles que hemos hecho, juntos y separados. Durante esos 25 días crecimos como pareja, nos conocimos en las mejores y en las peores, nos acercamos mucho el y uno al otro y finalmente nos convertimos en un equipo impresionante. Pese a los largos trayectos en bus, el cansancio, las maletas y todos los personajes que el Greyhound tiene para uno, fue un viaje gratificante lleno de felicidad y risa.

1st stop Miami



Una ciudad linda con un clima maravilloso. Fue una semana de descanso, posiblemente fue el lugar donde más descansamos pues Miami esta diseñada para los carros. Siempre hay una forma de evitar la molestia, lo único que falta es poder entrar a los centros comerciales en el carro. Caminamos por Downtown Miami, recorrimos Wynwood, disfrutamos un dia de playa en South Beach, celebramos el 4 de Julio American Style y claramente fuimos de shopping. Nuestro gran favorito fue Wynwood. Menos favorito: el sistema de transporte público.

2nd stop St. Augustine



Esta que la gran sorpresa del Tour. Habíamos escuchado que era un lugar hermoso y uno de los pueblos más viejos de USA, pero en realidad todas las descripciones se quedaron cortas. Viajamos toda la noche en bus y llegamos a las 6 am; el clima, el paisaje y la amabilidad de la gente nos ayudaron a olvidar el cansancio de la noche. Conocimos a nuestro primer ángel guardián americano en el centro de ayuda al turista (existe!!!), más tarde, perdidos en la mitad de la nada y con una tormenta eléctrica pisándonos los talones conoceríamos al segundo. Fue un dia de muchas emociones, cansancio, miedo, asco (escogimos el motel más sucio) pero quedamos tan enamorados de la belleza y el ambiente de St Augustine que nos prometimos regresar. Los amaneceres más lindos que hemos visto en la vida. Menos favorito: nuestro motel.

Al día siguiente iniciamos un nuevo recorrido, que nos tomaría todo el dia y parte de la noche, con destino a Washington. Pese a ser un largo recorrido nuestros compañeros de bus se encargaron de hacerlo entretenido. Fuimos testigos de la evolución de una amistad forjada en 17 horas de viaje que pasó por todas las etapas de la risa al llanto. En ese trayecto tuvimos mucho tiempo de reflexión, de escribir y tiempo para conocer y respetar nuestros límites en un espacio de 2x2.

Washington



Llegamos a Union Station a las 3 am sabiendo que debíamos esperar casi 10 horas para ser recogidos y llevados a Bowie, donde nos hospedaríamos. Caminamos por la estación con las 4 maletas (dos grandes, dos pequeñas) y encontramos un buen lugar para descansar. J..se quedó dormido al instante, mientras tanto mi pequeña mente imaginaba todos los peligros que nos acechaban si dormíamos y finalmente un ratón que paseaba por ahí terminó de espantar el poco sueño que tenía. Fue un día extenuante, con esfuerzo logramos llegar hasta el Capitolio (a 3 cuadras de allí) y ver un poco de lo que Washington nos deparaba. Una ciudad  de planeación extraordinaria llena de ojos vigilantes, mujeres muy elegantes, museos y mucha historia por conocer. Gran favorito: Georgetown. Menos favorito: nuestro amigo el ratón.

Destino final NYC



Después de una gran tormenta que no dejaba ver al conductor, al final de un gran túnel New York apareció ante nosotros. Fue una de las mejores sensaciones. Después de todo el cansancio, los trayectos interminables, finalmente habíamos llegado. Nuestra estadía en la Gran Manzana fue agridulce porque llegar a nuestro último destino solo significaba el final de nuestra gran aventura.